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Sabéis, es ingenioso esto de que los días terminen. Es un sistema genial. Los días y luego las noches. Y otra vez los días. Parece tan natural pero es muy ingenioso. Y allí donde la naturaleza resuelve colocar sus propios límites, estalla el espectáculo. El amanecer y el atardecer.

Reflexioné durante semanas. No es fácil entender un amanecer o un atardecer. Tiene sus tiempos, sus medidas, sus colores. Y como no hay ni uno solo, que sea idéntico a otro, entonces el fotógrafo tiene que saber discernir los detalles y aislar la esencia hasta que pueda decir este es un atardecer, el atardecer o el amanecer.

En fin…Éste es otro de los aspectos relajantes de la naturaleza: su inmensa belleza está presente allí para todos. Nadie puede pensar en llevarse a casa un amanecer o un atardecer.

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